Cuentos para Adultos

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Un cuento para adulto de José Antonio Espinosa

Historia de un minuto

Un segundo, hay un lugar

Dos segundos, ¿en dónde?  Tierra, agua cielo o mar.

Tres segundos, una chispa surge y sale el sol, hay un lugar en tu corazón.

Cuatro segundos, una vida que te espera y un camino para el que te quiera, antes de correr hay que andar, si tu quieres te ayudamos a caminar.

Cinco segundos, un paso a la libertad y si hay un lugar.

Seis segundos, un pulpo de corazones crecerá y por el mirar del tiempo verdes tallos nacerán a su libertad, a lugar.

Siete segundos Hombre del Mundo no te oye nadie gritar y por eso hay un lugar.

Ocho segundos, del bebé al infante y basta un suspiro de aquí y allá.

Nueve segundos, Tierra y libertad dadme alas para no volar, paz no somos nunca más.

Diez segundos, hay un lugar, busca la verdad

Once segundos, Infante a moldear horno de deseo y sueño te ha de calentar.

Doce segundos, atrapado ya estas, pero hay un lugar

Trece segundos, a la vuelta de la esquina el ti mismo te ha de mirar, Detrás de tu nariz el universo no deja de avanzar.

Catorce segundos, y de cierto hay un lugar

Quince segundos, sale el corazón, te lleva y vamos allá

Dieciséis segundos, ¿Dónde estás? Buscándote sin querer estar y mira hay un lugar

Diecisiete segundos, un camino que labrar en el desierto de la mente te has de mirar

Dieciocho segundos, y si hay un lugar la puerta del tú mismo se abrirá y con el desierto de la mente te has de topar

Diecinueve segundos, la lanza del deseo ya no la sentirás.

Veinte segundos, hay un lugar, construida la casa a medias estás.

Veintiuno segundos, es sueño es visible ya noche y día, ya nadie lo pensará.

Veintidós segundos, el mundo ya no es el mundo quien puede ver tras la piedra de jaula artificial.

Veintitrés segundos, hay un lugar incluso dentro de la piedra de jaula por atravesar.

Veinticuatro segundos, vamos allá toda una vida en un instante se a de dar, cada día se repite una y otra vez sin parar.

Veinticinco segundos, ya son cuatro pasos y nada hasta ahora has visto en desierto de la guerra y la paz.

Veintiocho segundos, surca el cielo y tierra una búsqueda que nunca terminará.

Veintinueve segundos, detrás de tu nariz, todo encontraras.

Treinta segundos, hay un lugar

Treinta y uno segundos, parece un paso más firme pero en el sueño aun estás despierto, ¡despierta ya!

Treinta y dos segundos, hay un lugar la rutina puede embaucarte y te ha de despistar.

Treinta y tres segundos, todo es posible si hay un lugar, de hecho así es, hay un lugar.

Treinta y cuatro segundos, pasaran los trenes pero no es el final.

Treinta y cinco segundos, vamos otra vez que no es para demorar.

Treinta y seis segundos, sueña el sueño, arboles del bosque que un día caerán.

Treinta ocho segundos, Mira en el espejo y no hay nada en realidad, el reflejo de los sueños siempre nos engañan sin cesar.

Treinta y nueve segundos, pero hay un lugar detrás de tu nariz todo encontraras.

Cuarenta segundos, el peso de las columnas, las rocas acumulados vacio sobre vacio polvo cubrirán.

Cuarenta y uno segundos, hay un lugar no hay que dudar, la confusión rápido crece cuando la demora te hace esperar.

Cuarenta y dos segundos, nos crecerán alas cuando abandonemos nuestra identidad.

Cuarenta y tres segundos, hay un lugar porque hay un no tú y un no yo. Un todo es uno y todo es todo.

Cuarenta y cuatro segundos, basta ya de especular, hay un lugar visible en la hormiga tan grande como una inmensidad Tan pequeño como microbio te los puedes esperar.

Cuarenta y cinco segundos, las grietas ya aparecerán  pero la cueva siempre vacio parece estar.

Cuarenta y seis segundos, hay un lugar, el empeño de acular no cesa no hay quien lo pare ya.

Cuarenta y siete segundos, el ciego no es ciego el sordo no es sordo el mundo no es mundo ¿quién me comprenderá?

Cuarenta y ocho segundos, Vamos allá, Hay un lugar, ¿puedes verlo, puedes verlo tú mismo en los demás? Magia!

Cuarenta y nueve segundos, Se puede lograr, basta comprender lo que es de verdad.

Cincuenta segundos, Poco tiempo queda ya pero hay un lugar.

Cincuenta y uno segundos, hasta el tiempo nos ha de engañar.

Cincuenta y dos segundos, No era por la derecha tampoco por la izquierda.

Cincuenta y tres segundos, pero hay un lugar

Cincuenta y cuatro segundos, siempre está ahí pero no es fácil el desierto de los sueños nos seguirá.

Cincuenta y cinco segundos, Puedes, puedes llegar porque hay un lugar.

Cincuenta y seis segundos, el Sol llegara acompañado de la esperanza y todo terminará.

Cincuenta y siete segundos, cansado estas el sueño que atrapa nos desgastará, ¡cuidado!

Cincuenta y ocho segundos, Hay un lugar, un segundo bastará.

Cincuenta y nueve segundos, una puerta se cierra y otra se abrirá.

Sesenta segundos, aun así hay un lugar…

      

Un Cuento de José Antonio Espinosa

LA PUERTA DEL UNIVERSO

Aquella noche llovía mucho, ríos de lluvia de primavera corrían por las aceras. Vi las tenues luces de la librería antes de llegar a los cines Underground y decidía entrar para escurrirme un poco y tal vez encontrar algo interesante. Me giré hacia el norte de mi mismo y un libro me habló.

Me dijo que la puerta del universo era yo.

En ese momento no comprendí sus palabras pero al cabo de unos instantes supe que mi vida  partir de entonces nunca volvería a ser igual.

A la vez que el libro me hablaba me di cuenta que la librería había desaparecido y que a mi alrededor se podía ver un inmenso valle lleno de arboles y al fondo algo que parecía el fin del mundo, galaxias y estrellas lejanas como nubes en la distancia que evolucionaban en un movimiento de aparición y desaparición en una especie de baile sin fin.

El libro entonces dijo la puerta del universo eres tú y pensé. ¿Quién le ha puesto puerta al universo? Cómo decirlo, cómo hacerlo no tiene sentido. Así intenté preguntarle al libro. Y me di cuenta el libro también era yo y que la puerta  también era el universo. Entonces lo comprendí todo.

                                                                                                                                                                                                       

Un cuento de Jose Antonio Espinosa

HOMBRE DE LAS NUBES

Erase una vez el mundo al revés.

En donde todo lo que está arriba quedaba ahora abajo. En donde lo alto es lo bajo, lo pequeño grande y donde el sol sale y sale cada día cada día.

Así el gorrión que viene va, el gato corre delante y el ratón detrás. Pero bueno, allí está en las nubes sacando agua del viento y bebiendo un traguito tras otro y así se hace mejor el camino; El hombre de las nubes o las nubes en el hombre.

A buscar a un amigo voy de nube en nube, hay, pero me entretengo, porque cada nube me cuenta una historia; “Vengo de muy lejos, de muy lejos de tan lejos que ya ni me acuerdo. Y en el tiempo ya no sé si voy o vengo”. El hombre de las nubes dice; “a lo mejor nunca te fuiste desde el principio. Así, ¿de qué te preocupes ?. Primero mira dónde estás y así sabrás por tu propio conocimiento dónde estás”.

El hombre de las nubes se despidió de aquella nube y subió a otra que pasaba y vuelta a empezar.

Un águila Salió desde abajo o bajaba desde arriba; ¿QUIEN LO SABE?

Realmente cuando el cielo nos envuelve hoy eres una nube y mañana la tierra te querrá ¿Dónde está la nube del mar? ¿Dónde está la tierra de la nube?                                  

Así en un lugar no muy lejano camina un hombre ¿de dónde? ¿A dónde? ¿Por dónde? Cada nube es un paso, cada nube es su camino, cada nube es un misterio o ninguno en cualquier sitio.

Una nube eres tú, una nube soy yo, una nube que era yo eres tú, una nube que era yo  soy yo, pero esa nube no soy yo.

Un barco de plata vuela hacia las cigarras, una grande y suave como la seda, ¡otra es pequeña y alta! ¡Las nubes que no se levantan! ¿O son las plantas? Tú qué opinas; ¿Quién va o quien viene cuando le da la gana?

El hombre de las nubes va y viene y cuando viene va o va cuando viene.

En resumen, nadie sabe si va o viene porque cuando viene va. Así es difícil que sepamos si alguna vez lo vienes venir o ir.  ¡Y esto es un lío tremendo ya!

Un árbol soñaba con el viento; ¡Mueve mis hojas lleva a mis hijos a pasear y ver mundo! ¡Tú puedes!

El viento escucha el sueño del árbol a buscarte vengo. Traigo noticias con el tiempo, con el tiempo. Y tú sabes que ya no voy o vengo;

 ¡SOY VIENTO AHORA Y EN CUALQUIER MOMENTO!

Así vemos al hombre de las nubes, nos habla; Somos hermosos tu eres viento, tu árbol y yo soy hombre y también sueño. Juntos en el espejismo del tiempo buscamos en la nada ¡hasta llegar al entierro! bien dicho dijo el viento. Árbol, mira a tus hijos semillas del tiempo. Ahora ves que un día fueron y ahora se los llevó el viento.

Árbol deja tu sombra y vente conmigo, deja tu sombra al olvido. Ven y ven vamos las nubes nos llevan en su camino y deja atrás tu sombra, tu sombra de olvido.

Ya no es árbol ni sombra de olvido ahora vamos juntos en el camino. Nube, dile al árbol hoy eres nube y mañana tierra conmigo. Sí conmigo, lo veo en tus ojos y soy tu sombra y tu olvido. Dejemos atrás nuestra sombra, echemos todo al olvido.

Las nubes nos siguen y nosotros junto a ti seguimos ahora ves las nubes pasar y mañana quedaran siempre contigo. Árbol tu y yo somos lo mismo, si vienes ves, vente conmigo, la nube nos lleva muy bien en el camino y mañana contigo.

Así el hombre de las nubes a buscar a un amigo voy, tal vez hoy llegue a tiempo al portal de mi abrigo. ¡Nube vamos o vamos si avanzas yo avanzo contigo!

¡Si yo avanzo tu avanzas conmigo!

Una cigüeña trae la tarde a nuestro camino todos hermanos, todos, todos, todos, amigo. “Hola cigüeña el sol sigue tu camino vuela alto, alto, alto de infinito”.

Una tortuga del tiempo salió a mi encuentro surgió del viento y en un momento preguntó tal que así; “Hombre de las Nubes ¿a dónde voy que vengo?”

Hola tortuga, me alegro de verte a buscar a un amigo voy y así me veo en ti. Si yo voy tú vienes cuando yo vengo, qué lío tan tremendo;

¡Las nubes lo saben las nubes lo saben! 

¿A dónde va, de dónde viene?

Surge arena que eleva el viento y a poco, Elefantes que quieren llegar de la tierra al cielo. Viento forma su sueño, Tierra trae su forma de nada en la nada y se sin ser tierra o viento.

Buscamos esa agua que siempre sacia y no deja atrás un recuerdo en la nada.

El Hombre de las nubes les dice;

¡Elefantes en la nada!

¡Elefantes en la tierra!

¡Elefantes en el agua!

¡Elefantes en el aire!  

¡Elefantes en la nada!

¡Elefantes, a buscar a un amigo voy!

¡Hombre de las nubes tenemos sed y no agua!

En cualquier parte miras todo y nada. Todo puede ser si hay esperanza.

¡Oh, Hombre de las Nubes!

La Tierra y el Cielo nos hablan y las Estrellas nos dan tu esperanza.

¡Gracias, gracias, gracias hombre de las nubes!

Vamos nube que el Mundo quiere ver, la Tierra quiere tener y queremos siempre ser. Sin embargo ,nada es y todo es. Aquí hay uno y al tiempo son todos. Aquí no hay nada y nadie supo de todos. Y así surge en las piedras un aroma que invita a bailar y vemos como la vida baila y baila sin parar.

Sigue la cigarra a la oruga y a la ardilla ¡Hay la ardilla! Juega a que juega y yo con ella juega que te juega. Y vamos allá; ¡que a buscar a un amigo voy!

Las tortugas hablan del tiempo y el tiempo habla de las tortugas, tú y yo hablamos del tiempo. Y así el tiempo habla de nosotros y de las tortugas. Y la nada ¡ah la nada! ¡Habla de todos y de ella nadie sabe nada!

Ahora tomaré una nube y seguiré mi camino hasta que un día la nada me reclame y desaparezca en sus pliegues de olvido. Aunque el tiempo hable de mi sé que la nada nunca dirá nada.

Hombre de las nubes; ¿hasta dónde soy nube?

Puedes vivir siempre o para siempre, si así quieres seguir. Puedes ver que en la nada todo es y nada todo es.  ¡Hombre de las nubes ven y quédate! gritaban las nubes.

¡Oh nube! ¡Ven y ven!

¡Nubes al pasar, nubes al pasar!

¡Sígueme hasta el ayer y así te mostraré lo que puede ser y no ser que luego es!

Océanos son mi espejo y pájaro puedo ser volar hasta el encuentro del tiempo que allí sé que puedo ser y no ser. Aun así, te espero donde tú quieras mirando en el ayer o buscando el pliegue del mañana;

¡EN EL PUENTE DEL ATARDECER TODO PUEDE SER!

Mira nube, las hormigas cantan a la Tierra la canción del amanecer y

La Tierra canta a las hormigas la canción del atardecer;

Y a dormir hormigas que mañana ya es hoy

Oh vosotras hormigas y yo tierra de vida.…..

A lo lejos veo como un bosque de pinos sueña en el viento. Ellos proyectan sus sombras en el tiempo y quien sabe ¿a dónde va el pino una vez caído? O mejor aún, ¿de dónde vino? ¿Muerto?

¡Las nubes lo saben, las nubes lo saben!

Mira nube, los caracoles tratan de correr entre ellos; ¡Yo llegaré primero, Yo llegaré primero!        ¡Qué velocidad qué desenfreno! ¡Un caracol a la velocidad del infierno! ¿Infierno?

¿Quién ha dicho infierno?                                   

Así, un caracol gira la cabeza y pregunta; Hombre de las nubes ¿Quién va primero? ¿Quién va primero? ¿Eh, eh…?

¡Las nubes lo saben, las nubes lo saben!

La manada se aleja y los caracoles ya vuelan. Un caracol sueña con ellos, otro no recuerda nada, ni el encuentro. El Sol es testigo de encuentros y desencuentros, un día fue y otro no fue, y así van los caracoles en el viento.

Las águilas y el cielo azul. El cielo azul y las águilas. Vuelan alto vuelan……….

¡Venimos a verte Hombre de las Nubes!

“Sale el Sol para todos y la Luna que nos quiere” (hombre de las nubes)

Mi corazón no es de tortuga, pero tampoco de liebre. Surge en mi el Dragón que todo lo abarca en mi vida cuando tu eres.

Cuando tú eres águila yo soy águila cuando tú vuelas yo vuelo en la nada.

Hombre de las nubes si somos águilas ¿cómo es que la nada sabe y no sabe de nosotras? Una nube me pregunto hace tiempo lo mismo, pero ella tal vez pudo verlo al ser tierra o árbol o viento en la nada o mundo universo. ¿Quién lo sabe águila? Cuando vuelvas a la tierra ya no tendrá importancia, hasta la piedra te confirmará que mirar en el tiempo es mirar en la nada;

Mirar en la nada es mirar en tu sueño

Mirar las estrellas es mirar en la nada

Mirar sin mirar también es mirar en la nada

Pero mirar en tu naturaleza es ver la nada y así pasa el tiempo. Hoy eres águila en La Nada y mañana volverás al todo en La Nada. Así vuela alto águila y ¡alcanza la Nada!

“¿Nube puedes verlo?; Murmuran las hojas en la mañana, las golondrinas se preparan, tú ves que voy y vengo. Ya podemos empezar a tiempo”. (Hombre de las Nubes)

Todo lo verde nos envuelve en un verso, palabras que son un acierto, todo el cielo me reclama en un único sonido, tal vez sea cierto. Preguntaré…tal vez al viento. Un paso en las nubes también es algo bueno, una vuelta en esta vida y otra para el universo.

¡Sonríen las ballenas al pasar!  ¡Quién lo diría! 

¡Y HASTA PUEDEN VOLAR!

Y ¿A DÓNDE?

¡Ah ballenas al pasar!

Quieren sentir la Mar, la Mar sala y como el Cielo dibujan la Tierra el Cielo y la Mar. Sí, la Mar sala. Nubes en el viento las podrían llevar. Nubes en el cielo también pasarán.

Y quién lo diría, si la Tierra El Cielo y La Mar nunca existieron,

¡NUNCA JAMAS!

Hombre de las nubes;

¿Quieren las hojas verdes volar?

¡Quieren!

¿Quieren las piedras andar?

¡Quieren!

¿Quieren los arboles hablar?

¡Quieren!

¿Quieren los hongos cantar?

¡Quieren!

¿Quieren las abejas soñar?

¡Quieren!

¿Quieren los flamencos viajar?

¡Quieren!

¿Quieren los elefantes sacar a la luna a bailar?

¡Quieren!

¿Quieren las estrellas abrazar a la humanidad?

¡Quieren!

Hombre de las nubes ¿qué quieren las nubes?

¡Ah las nubes, qué querrán! Cada una a su manera y ninguna como ninguna.

Estrellas brillaran, Universo encontraran.

Todo lo grande me hace pequeño Todo lo pequeño me hace grande,

un día tras otro miro en mi mismo en todas partes.

Cristalino es el universo, ¡nube!

Estrellas llevan mi nombre, estrellas llevan el tuyo.

¡Nube, todos juntos en el mismo camino!

Los pliegues del tiempo no olvidan una nube; ¡Te vi pasar!

Un corazón trae la tarde y otro la mañana, ¡vamos nube tu puedes! ¡Tú puedes! Volver a tu sueño es anhelarte, volver a tu lado ¡es incomparable!

¡Nube corre con el viento, sacude la lluvia a los cielos! ¡Y mira nube! Los peces en el mar saludan al pasar.

La Mar nos quiere a todos por igual.

Madre es siempre, madre es siempre, madre es siempre. Miramos en el agua el misterio del ahora. La Tierra es siempre viva y el tiempo viene y va:

¡AHORA Y SIEMPRE!

¡AHORA Y SIEMPRE!

¡AHORA Y SIEMPRE!

¿Hombre de las nubes de donde viene la Mar?

Peces en el río, peces en la Mar sueñan con la Tierra o sueñan con la Mar. Cielo y Tierra nos separan, tiempo delante y atrás.

¡Mira a las estrellas y lo sabrás!

Hasta en el ti mismo las encontraras.

Mar y Sueño Tierra y Cielo.

Peces en la Mar, yo los quiero.

Yo los quiero de verdad, de verdad

Porque amor, amor es verdad

¡Nube! ¡Vamos todos a cantar!

Peces en el río.

Peces en la mar.

Peces en las nubes, todo es verdad

Nubes en los árboles nubes en la Mar.

Peces en la tierra peces en la Mar.

Peces en las nubes, todos a cantar.

Nubes en los árboles nubes en la Mar.

Peces en el fuego, viento avivaran.

Peces en la Tierra, peces en la Mar.

Nube dame un solo rayo de luz de luz y abriré un camino hacia el corazón de la gente, nada es lo que parece. Forman en tu sueño el material de la mente, mira sin tu sueño y entraras en la corriente.

Y aquí llegan, aquí aparecen nube;

Los toros unidos de tierra y verde, Porque… ¿Qué sería yo sin lo verde? No, no solo tierra, ¡no es suficiente!

¡Vamos Nube!                  

Hombre de las nubes los mirlos vienen a verte. Cantan al ayer que es siempre. Yo los escucho y te siguen.

Te dicen ¡Buena suerte!

Uno llama, otro responde

Todos en un mismo siempre.

¡El atardece quiere verte!

El Sol padre se despide y a todos envía la buena suerte. Y ¿Ves?

El mirlo quiere ser el primero en lo verde. Tú y yo sabemos que lo que fue es ahora o siempre. Vamos a dejar el sueño y que tengas buena suerte.

Y así nube vamos acercándonos,

¡Nube! ¡Vamos con la suerte, el atardecer quiere verte!

Con su luz de luz de tierra y verde

¡Vamos pues nube, ahora con tu buena suerte!

Dejan los Olivos sonrisas al pasar, una a cada paso que damos en lo verde buscando la verdad.

Aquí contigo romperemos con esperanza cadenas o fuertes, cárceles de miserias o muerte. Así vamos a derribar a suertes. Esperanza fuerte, espadas en alto que rompen en rugiente.

¡Mira nube! ¡El carro del deseo!

¡Sujétalo con fuerza!

¡De cabeza hacia la Tierra!

¡De cabeza hacia el cielo!

¡De cabeza a la Mar y de vuelta al universo!

Y aquí nube esperan los granos de arena su viaje de verbo y verde y esperan….

Arena que trae el viento llegando a tomar cuerpo en Tierra, corazón y desierto.

¡Arena que corre en la Tierra al azul del cielo!

¡Arena que espera en la playa nuestro encuentro!

¡Arena que vive en el universo!

¡Arena que forma corazón y sueño!

¡Vamos nube! Que todo lo que llevo, lo llevo por dentro. Vamos a buscar a un amigo que mis pasos son tan solo huellas de universo.

¡Tú puedes verlo!

Así dame un atardecer y me regalas un verso. Dame un océano y me regalas un sueño. Un sueño dentro de otro sueño. Arrrrggggg

¿Hombre de las nubes que es mi sueño?

Nube mi sueño es tu sueño

Tu sueño es mi sueño.

Tu sueño es y no es. Y así es.

Tu sueño es el cielo azul La tierra verde y fresca.

Tu sueño es La Mar sala, ¡la Mar sala!

Tu sueño es un paso de hormiga o una gota de agua a la deriva.

¡Tu sueño es de quien te mira!

¡Vamos nube a buscar a un amigo voy; Tú vienes conmigo o yo contigo ¡Juntos en el mismo camino!

Mira como los frutales sienten, sueñan y dan su fruto de vida y sueño de tierra y cielo. De noche y día de luna, de luna y vida.

¡Mira nube! los frutales sienten y sueñan la vida que triunfa en un día.

Vamos nube, no muy lejos, cerca cada día y sin pensarlo un día volveremos al cobijo de tierra y vida.

Porque todo lo que crece ayayay ay… termina un día.

Las montañas esperan que el tiempo no llegue muy deprisa quieren que el Sol caliente sus tripas. No quieren sentir frío de vida ¡Caliéntame Sol! ¡Que esto se enfría!

Montañas que quieren tocar las nubes. Mira montañas que quieren acariciar a los pájaros de vuelo día.         

Noche y día, sí noche y día. Porque si eres montaña querrás tener caliente tus entrañas noche y día.

¡Mira nube todo hueco le parece poco a la ardilla!

¡Vamos nube, alcanzaremos al Sol, pero solo por este día! Mañana quién sabe si partiré de nuevo de vuelta al mismo sueño, al mismo día. Sí, ¡al mismo día!

Los corazones de la humanidad palpitan en cada estrella, cada día, cada día. ¿Puedes sentirlo nube? En cada partícula del universo hay un corazón que palpita.

¿Puedes verlo nube? Y mira, muchos se aceleran y otros parece que nunca terminan. Unos se llena de sueños y otros de cosas vacías, pero si todo es ahora, no otro día.

El musgo de las piedras cuenta sus días, cuenta sus días lentamente cubre cada piedra un día y otro día. Un día tras otro musgo invierte en un hacer sin hacer que nunca termina ¡lo ves! y siempre acudes nube con tu viva voz de líquido de vida.

Ahí donde tú vas voy yo y toda vida. Llegaremos al principio de todo día y comprenderemos que todo lo vives en un siempre fue y fue ahora y cada día. Tiempo no es olvido siempre en nuestras vidas. Acariciemos el musgo para sentir que somos vida y vida. Nube el musgo nos dice ¡hasta otro día! ¡Escucha como susurra al viento su despedida!

Hombre de las nubes un tigre te llama en lo alto de aquella colina

¡Ruge tigre como el trueno!

Hombre de las nubes ¿a donde iré después de alcanzar la cima más alta?

Un pensamiento y ya te atrapa, una palabra y ya no descansa. Un corazón que late y late y late y otra palabra un verbo basta. Acción y no acción es lo que nos ata. Esta es la cima más alta

¡Tigre! No basta con dejar de ser tigre o llegar a la cima más alta, más bien es tu sombra la que te ata a tus campañas.

¡Vamos nube no demoremos la marcha! ¡Qué a buscar a un amigo voy nube!

                                                    Continuará…..    

Sueños